Quiero compartirlo...
"La Guerrilla semiológica" de Umberto Eco
No hace mucho tiempo que para adueñarse del poder político en un país era suficiente controlar el ejército y la policía. Hoy, sólo en los países subdesarrollados los generales fascistas recurren todavía a los carros blindados para dar un golpe de estado. Basta que un país haya alcanzado un alto nivel de industrialización para que cambie por completo el panorama: el día siguiente a la caída de Kruschev fueron sustituidos los directores de Izvestia, de Pravda y de las cadenas de radio y televisión; ningún movimiento en el ejército. Hoy, un país pertenece a quien controla los medios de comunicación.
Si la lección de la historia no parece lo bastante convincente, podemos recurrir a la ayuda de la ficción que, como enseñaba Aristóteles, es mucho más verosímil que la realidad. Consideremos tres películas norteamericanas de los últimos años: Seven Days in May (Siete días de mayo), Dr. Strangelove (Teléfono rojo, volamos hacia Moscú) y Fail Safe (Punto límite).
Las tres trataban de la posibilidad de un golpe militar contra el gobierno de Estados Unidos, y, en las tres, los militares no intentaban controlar el país mediante la violencia de las armas, sino a través del control del telégrafo, el teléfono, la radio y la televisión.
Si quieres seguir leyendo, y deberías querer...es aquí
No hace mucho tiempo que para adueñarse del poder político en un país era suficiente controlar el ejército y la policía. Hoy, sólo en los países subdesarrollados los generales fascistas recurren todavía a los carros blindados para dar un golpe de estado. Basta que un país haya alcanzado un alto nivel de industrialización para que cambie por completo el panorama: el día siguiente a la caída de Kruschev fueron sustituidos los directores de Izvestia, de Pravda y de las cadenas de radio y televisión; ningún movimiento en el ejército. Hoy, un país pertenece a quien controla los medios de comunicación.
Si la lección de la historia no parece lo bastante convincente, podemos recurrir a la ayuda de la ficción que, como enseñaba Aristóteles, es mucho más verosímil que la realidad. Consideremos tres películas norteamericanas de los últimos años: Seven Days in May (Siete días de mayo), Dr. Strangelove (Teléfono rojo, volamos hacia Moscú) y Fail Safe (Punto límite).
Las tres trataban de la posibilidad de un golpe militar contra el gobierno de Estados Unidos, y, en las tres, los militares no intentaban controlar el país mediante la violencia de las armas, sino a través del control del telégrafo, el teléfono, la radio y la televisión.
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10 comentarios
lybero -
Inita -
Respecto a lo de tener cadena corta con los monstruos que creamos, absolutamente de acuerdo!! cadena corta y bozal, si hoy muerde a otro, mañana puede morderlo a uno..
je!
Eihh! no se publicó alguna respuesta? eso si me preocupa porque da mucha rabia. Yo usualmente copio la respuesta, doy enter. y espero, si no se publica sólo la pego de nuevo...
superdharma -
¿Sabes qué? Si hay algo que nunca me ha gustado de la ciencia-ficción es el fatalismo con el que se asume que las creaciones humanas se alzarán contra el hombre y terminarán por esclavizarlo. Y discutiendo estas cosas me doy cuenta de que es algo que me aterra porque es totalmente posible.
El drama es que no seamos capaces de mantener corta la cadena a los mostruos que creamos.
El tiempo me dirá si es tonta mi preocupación, por lo pronto, sólo puedo dejarte un abrazo.
lubrio -
Saturno -
ximena -
Inita -
Miguelito, gracias :P. Ya paso por tu página.
migueluye -
superdharma -
Pero las cosas cambian cuando no se trata de una pantalla de TV, sino cuando lo ves en realidad. Cuando no dependes del ángulo de la toma de la marcha o el megamercado, sino cuando caminas entre la gente, de cualquiera de los dos eventos, y notas que no son cuentos, que hay gente de lado y lado.
Y a eso apuesto: no hay que dejarse llevar sólo por las imágenes, hay que acercarse a la realidad... pero cuando estés frente a ella, no la puedes tapar con un dedo. Ahí no hay medio que valga.
Inita -
Se debe entender que el semiólogo italiano, Umberto Eco vislumbra en su escrito una realidad que le atañe muy de cerca. La realidad de un gobierno sostenido por el poderío mediático, Berlusconi visto por la pupila crítica de Eco.
Una de mis partes favoritas es cuando Eco reseña las premisas, para él "apocalipticas" de la Escuela de Frankfurt, el destinatario del mensaje de los mass-media, desvinculado de los contenidos de la comunicación, recibe sólo una lección ideológica global, un llamado a la pasividad narcótica. Cuando triunfan los medios de masas, el hombre muere.
Y luego la compara con el pensamiento de Mac Luhan, para llegar a un vértice común: "El medio cambia al hombre"